jueves, 12 de agosto de 2010

Una visita al Gran Hotel Termas de Chillán

Un complejo termal con spa es parte de este excelente resort de montaña que se encuentra entre los preferidos del país. Esquí y aventura confluyen a tan sólo 80 kilómetros de Chillán.


Antes de la existencia del Gran Hotel Termas de Chillán, existían otros hoteles de importancia, como el Pirigallo y el Shangai-lá, además de otros condominios que se encargaron durante años de acoger a los miles de visitantes que se acercaban hasta allí.

Si bien el lugar es un destino turístico desde hace varias décadas, la presencia majestuosa de esta construcción se ha establecido como un atractivo en sí mismo.

A 1.600 metros sobre el nivel del mar, además ser la base de operaciones de uno de los centros de esquí más importantes de Chile, este resort de montaña contiene uno de los complejos termales más bellos del país.


En sus instalaciones pueden realizarse distintas actividades terapéuticas, entre las que sobresalen, además de las aguas termales, actividades relacionadas con el aqua gym o la hidroterapia, además de la cosmetología. Se destacan los baños de vapor natural, los baños de fango, el hydrospa, la reflexología, la aromaterapia, el sauna, el shiatsu, el reiki o los tradicionales masajes realizados por verdaderos expertos en la materia.

Comodidades y otros deleites

El Gran Hotel Termas de Chillán posee actualmente 120 habitaciones con acogedores ambientes para hacer de la estadía un verdadero placer.

Sin embargo, son sus espacios comunes los que se destacan por encima de todo. Entre estos se encuentran sus dos restaurantes que, además de poseer una oferta gastronómica excelente, cautivan a los visitantes con una vista panorámica del bosque y de las montañas, difícil de imaginar si no es vivida.

Excelentes platos de salmones, carnes y corderos pueden ser degustados por los comensales, mientras a metros se encuentra la paz en su estado más puro.


Las piscinas termales naturales, de aguas volcánicas, son la gran atracción de este bello hotel y agregan, además, las propiedades curativas de sus aguas.

La posibilidad real que allí se tiene de tomar baños al aire libre, frente a la majestuosa vista de las montañas y del volcán Chillán, mirando incluso el despliegue de sus pistas de esquí, es para tener en cuenta.

Además del esquí y las termas, durante los meses cálidos del verano el lugar se transforma en un verdadero centro de operaciones para las actividades de aventura. Entre estas sobresalen la pesca, las cabalgatas, las ascensiones al volcán Chillán y a sus montañas vecinas o bien la caminata por los oxigenados bosques y senderos que, con trekking o sobre una mountain bike, nos permiten adentrarnos en la naturaleza.

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